domingo, 25 de septiembre de 2011

Llegada al mar


Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Y he vuelto. Quiebro con mis piernas
tu serena cristalería.
Es como ahondar en los principios,
como embriagarse con la vida,
como sentir crecer muy hondo
un árbol de hojas amarillas
y enloquecer con el sabor
de sus frutas más encendidas.
Como sentirse con las manos
en flor, palpando la alegría.
Como escuchar el grave acorde
de la resaca y de la brisa.



Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Era en otoño, y en otoño
llego, otra vez, a tus orillas.
( De entre tus ondas el otoño
nace más bello cada día. )


Y ahora que yo pensaba en ti
constantemente, que creía...


( Las montañas que te rodean
tienen hogueras encendidas.)


Y ahora que yo quería hablarte,
saturarme de tu alegría...


( Eres un pájaro de niebla
que picotea mis mejillas. )


Y ahora que yo quería darte
toda mi sangre, que quería...


(Qué bello, mar, morir en ti
cuando no pueda con mi vida.)


José Hierro
De "Tierra sin nosotros" 1947

Desde la Catedral

(Adquisición particular)
Octubre

Hay una leve luz caída
entre las hojas de la tarde.
Dame
tu mano y cruza
de puntillas conmigo
para nunca pisarla,
para no arder tan tenue
en sus dormidas brasas
y consumirte lenta
en el perfil del aire

José Ángel Valente
De Fragmentos de un libro futuro