Azabache la mirada y ardiente la retina,
a la espalda el verde vegetal de un mar azul
Pies como rastros de vientoarañan el tórrido camino y,
como único horizonte un muro
hecho de piedra, sal y entrañas.
Manos como el carbón calman su tiempo de arena.
Nada se escucha ya aquí
sólo el reposar de este silencio
"[...] Yo nací berebere en el desierto
ResponderEliminary aunque no tuve nada
ya todo lo he perdido.
El pulso de tu aliento entre mis besos,
la llave de una casa que fue mía,
el olor de la albahaca
colgando en mi ventana.
Todo,
ya todo lo perdí
al vuelo del azor y el gavilán
—se lo llevara el agua,
se lo llevara el tiempo—,
ya todo lo perdí como un castigo
que nubla el horizonte en el ocaso,
que nubla la claridad del mediodía,
que nubla mi futuro de fantasmas."
Precioso poema Ramón, muchas gracias por compartirlo aquí. Esto si que son versos!!!
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