Cuando yo aún soy la vida
La vida me rodea, como en aquellos años
ya perdidos, con el mismo esplendor
de un mundo eterno. La rosa cuchillada
de la mar, las derribadas luces
de los huertos, fragor de las palomas
en el aire, la vida en torno a mí,
cuando yo aún soy la vida.
Con el mismo esplendor, y envejecidos ojos,
y un amor fatigado.
¿Cuál será la esperanza? Vivir aún;
y amar, mientras se agota el corazón,
un mundo fiel, aunque perecedero.
Amar el sueño roto de la vida
y, aunque no pudo ser, no maldecir
aquel antiguo engaño de lo eterno.
Y el pecho se consuela, porque sabe
que el mundo pudo ser una bella verdad.
Francisco Brines
Társila son preciosas, que maravilla de pinturas, dan ganas, de subir a pasear, un besazo
ResponderEliminarMuchas gracias Merche, un paseo bien lindo como tú bien sabes.
EliminarUn abrazo
Como siempre, una belleza, con una gran técnica... y el poema, interesantísimo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Pablo, un placer compartirlo con gente como usted.
EliminarUn abrazo